lunes, 19 de enero de 2009

Un recuerdo para la literatura más oscura y macabra




Hoy se cumplen 200 años del nacimiento del gran escritor norteamericano Edgar Allan Poe. Según J. L. Borges “la literatura del siglo XX no se entendería sin su obra”. El género policíaco, el de terror e incluso el de ficción que tanto éxito han tenido en la literatura contemporánea, le deben mucho. Además, él fue el primer gran escritor que situó a EEUU en el panorama literario universal.

Su propia vida estuvo marcada por la negritud, por la oscuridad. Se encontró pronto con la muerte pues su padre les abandonó y su madre falleció cuando era un niño. Vivió en el hogar de la familia Allan que nunca le adoptó oficialmente. Creció en el sur profundo rodeado de misterios y leyendas similares a las que luego poblarán sus libros.
Intentó ganarse la vida con su obra y compaginó la creación con el periodismo, la edición y la crítica literaria. Para él la poesía es música y el amor, fracaso. Se casó en 1835 con su prima Virgina, cuando él tenía 25 años y ella sólo 13. La convivencia entre ambos fue difícil y no fueron felices. Alternaba periodos de recogimiento con otros de desvarío en los que se abandonaba al alcohol y a otras drogas como el opio. Mientras, la vida de la joven Victoria se iba apagando debido a la tuberculosis. Su muerte fue el golpe definitivo para el autor. Se pierde en nuevas borracheras, consumo de alucinógenos e incluso llegó a intentar suicidarse. Deambula en estado lamentable hasta que llega a la ciudad de Baltimore donde muere con 40 años, sin que se hayan podido aclarar las causas de su fallecimiento.

Esta oscura y complicada vida no resintió su labor creadora. Fue un escritor de gran intuición e imaginación, que dominaba la técnica narrativa para crear atmósfera de misterio, para dosificar la intriga, pero siempre con gran economía de recursos. Por esto es considerado el precursor del cuento moderno con títulos como “La verdad sobre el caso del señor Valdemar” o
“El gato negro”. Obras como “Crímenes de la calle Morgue” o “El escarabajo de oro” le convierten en maestro de la novela detectivesca. De hecho, su personaje, el detective Auguste Dupin, se considera el precedente de Sherlock Holmes de A. Conan Doyle y Hércules Poirot de Agatha Christie. Escribió una única novela ”La narración de Arthur Gordon Pym”, en la que el joven protagonista se cuela en un barco ballenero y vive múltiples peripecias. La poesía fue el género que más le atrajo aunque recibió malas críticas. Su lírica pertenece al romanticismo más tenebroso, está dominada por lo irracional, el inconsciente, la melancolía, lo nocturno… A este género corresponde el inquietante poema “El cuervo”.

Si eres un lector o lectora valiente, te interesa todo lo relacionado con la estética de lo gótico, te animo a que te adentres en el macabro mundo de este escritor. Te hará revolverte de inquietud en tu asiento y mirar con recelo a tu alrededor.


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