jueves, 29 de enero de 2009

Aristófanes y la paz




En un momento como éste en el que mañana se va a celebrar el día de la PAZ, querría colaborar, en cierta medida, hablando de tres comedias griegas de Aristófanes que son un alegato claro en favor de ella y cuya repercusión ha sido enorme, especialmente si pensamos en una de ellas, Lisístrata.
Lisístrata se ha convertido en un símbolo del esfuerzo organizado y pacífico en favor de la paz y por ello se usó el nombre para el Lysistrata project (Proyecto Lisístrata), un acto teatral que se efectuó el 3 de marzo de 2003 de manera simultánea en más de 42 países en favor de la paz. Ese día miles de personas participaron en aproximadamente 700 lecturas dramatizadas de la obra, que se realizaron a beneficio de organizaciones sin fines de lucro que trabajan por la paz y que ofrecen ayuda humanitaria.


Pero antes de adentrarnos en el maravilloso mundo del teatro griego, contaros algunas curiosidades clásicas.


La diosa romana PAX se corresponde con la diosa griega ΕΙΡΗΝΗ, hija de Temis, la diosa que rige las leyes eternas y del poderoso Zeus. Era hermana de Justicia, ΔΙΚΗ, y de Equidad, ΕΥΝΟΜΙΑ y las tres juntas eran las HORAE que proporcionan riqueza y prosperidad.
La fiesta de la Paz se celebraba ya en el mundo clásico el 30 de enero, por ser éste el aniversario de la inauguración del Ara Pacis Augustae, altar promovido por el senado para festejar el retorno de Augusto, quien después de tres años de ausencia de Roma disponía ya de supremo poder en el Imperio y, así, celebrar también que, por fin, reinaba la paz en todo el mundo romano.




Aristófanes, comediógrafo antibelicista


El autor griego protestó con frecuencia contra la guerra y, tanto en la comedia La Paz como en Lisístrata o en Los acarnienses, defendió las soluciones pacíficas contra los demagogos que impulsaban al pueblo a la guerra. Son, por tanto, comedias antibelicistas.



Como se puede ver, sigue siendo un tema de actualidad hoy en día y por eso podríamos aprender mucho con su lectura, al margen de hacernos reflexionar.


* La Paz (en griego antiguo Εἰρήνη)



Argumento de La Paz


El viejo granjero Trigeo es el personaje central de la obra. Mientras Atenas y Esparta luchan la una contra la otra en la Guerra del Peloponeso, Trigeo se monta en un escarabajo pelotero gigante de la misma forma en la que el héroe Belerofonte montó a Pegaso y vuela al Olimpo para tener una audiencia con Zeus, el padre de todos los dioses.
Cuando Trigeo llega a la morada de Zeus, todos los dioses olímpicos excepto Hermes han dejado el Olimpo en las manos de la Guerra y su sirviente Estrago. Se entera de que han encerrado a la Paz en un profundo hoyo cubierto con pesadas piedras. La Guerra y el Estrago están ocupados en planear la destrucción de los griegos.
Con la ayuda de los miembros del coro, Trigeo intenta retirar las piedras y liberan por fin a la Paz. Esta sigue enfadada por el trato que ha recibido de los griegos pero, como era de esperar, la convencen para que regrese a Atenas con los griegos.


* Lisístrata (en griego Λυσιστράτη) es la obra de teatro más famosa del dramaturgo Aristófanes.






Argumento de Lisístrata

Lisístrata (cuyo nombre significa “la que disuelve los ejércitos”), es la mujer de un soldado ateniense, que cansada de las continuas guerras entre Atenas, Esparta y otras poleis griegas, reúne a las mujeres de ambos bandos y les propone iniciar una huelga de tipo sexual.

La idea no gusta en principio, pero ella logra convencer a todas las mujeres de Grecia de que no copulen con sus esposos hasta que estos firmen la paz. Al final de la obra, los hombres, faltos de sexo, deciden dejar de luchar, firman la paz y ponen fin a la huelga de piernas cruzadas de sus mujeres.


* Los Acarnienses (en griego, Αχαρνείς, Akharneĩs)






Argumento de Los Acarnienses


Diceópolis, un vendedor de ajos, se presenta en la Asamblea con la intención de denunciar lo que considera un verdadero atropello: la guerra entre Atenas y Esparta continúa, mientras el pueblo empobrece y muere.

Sus denuncias serán baldías, así que toma la decisión de “hacer la guerra” por su cuenta. Intentará pactar una tregua únicamente para él y su familia, lo que a la postre le traerá más de un problema.
La crítica que subyace en esta obra es la misma que anima
La paz y Lisístrata: para recuperar la prosperidad perdida es necesaria la paz.

Mª Jesús Prieto

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